ROSAS Y ESPINAS DE LA PRIMERA FASE
Por Jorge Barraza
Han pasado los primeros 15 días y 48 juegos del Mundial africano, el 75% del torneo; 16 equipos ya están camino a casa. Como en la feria, hay surtido: decepciones, alegrías, sorpresas, confirmaciones.
* El ganador. El primer gran triunfador del campeonato es el anfitrión. Después de las décadas de oscurantismo y aislamiento a que lo sometió su atroz apartheid, el mundo descubrió a Sudáfrica. Bellísimo país, potencia económica, diversidad humana, de flora y de fauna. “La mayoría llegó aquí pensando que encontraría leones caminando por calles de tierra, pero se toparon con ciudades maravillosas y un modernismo espectacular”, acertó Jaime Orlando Dinas, acaso el periodista colombiano más viajado de la historia.
* El bochorno. La actuación de Francia. Ser eliminado es lo de menos; en el deporte se gana y se pierde. Pero toda su estadía estuvo rodeada de situaciones extradeportivas desagradables, con peleas y acusaciones internas incluidas. “Una catástrofe, una vergüenza. Al equipo nacional hay que tenerle un grandísimo respeto, a su camiseta, al escudo. El jugador de ahora no piensa en eso”, declaró el antiguo crack Alain Giresse.
* El crack. Messi. Desde el primer partido ratificó que es el número uno absoluto. La pelota y él nunca tienen ni un sí ni un no. Les sacó varios escalones de ventaja a Cristiano Ronaldo, Rooney, Kaka, Drogba, los que podían discutirle el trono. El pincel zurdo de Messi le puso fin al debate.
* La vergüenza. Unánimemente, la prensa italiana utilizó esa palabra para calificar la actuación azzurra en el Mundial. Un campeón que se va en primera fase, sin ganar un partido y jugando un fútbol prosaico.
* El invicto. Nueva Zelanda. Un equipo duro, físico, de corte británico y bastante limitado en lo técnico, pero extraordinariamente luchador. Se fue a casa temprano, aunque invicto. Empató los 3 partidos. Y mereció vencer a Italia.
* La debacle. De los equipos africanos. No pudieron justificar los 6 cupos que les dieron. Cinco fueron eliminados, Ghana pasó con un triunfo y un empate, marcando apenas dos goles, ambos de penal. No muestran técnica ni rebeldía ni inteligencia. Muy mal.
* El orgullo. La extraordinaria participación sudamericana. Una superioridad abrumadora. “O Europa se pone las pilas y le da más importancia al talento autóctono, o corre peligro de ser rebasada por Sudamérica”. Del presidente de la Federación Italiana de Fútbol, Giancarlo Abete.
* La alegría. De los hinchas estadounidenses tras ganar agónicamente a Argelia y obtener el primer lugar en su grupo, por encima de Inglaterra. Al más puro estilo de cancha argentina, en las tribunas atronó el “iu-e-sei… iu-e-sei…”
* El partido. Eslovaquia 3 - Italia 2. El debutante despachó al campeón del mundo. Hubo emoción y drama en Ellis Park. Partidazo, no por técnica, sí porque dejaron la piel.
* La marca. Sudáfrica le puso su sello al juego con las ruidosas e insufribles vuvuzelas. Ya eran conocidas estas cornetas en otras latitudes, pero sin duda tomaron carta de ciudadanía sudafricana. Y se impondrán en todo el mundo, como la ola.
* El dato. Nunca había pasado: que los dos finalistas del Mundial anterior, en este caso Italia y Francia, quedaran fuera de carrera en primera fase. Eso disparó el chiste: “En el 2006 Italia y Francia se encontraron en la final, en el 2010 se encontraron en el aeropuerto”
* La inseguridad. Esa inmensa nube de sospecha que amenazaba el torneo nunca apareció, afortunadamente. Se reportó una mochila robada en un centro de prensa, el asalto a dos periodistas portugueses y a otro español. Eso fue todo. Nada para las decenas de miles de visitantes que llegaron. Los primeros días, todos tomaron grandes prevenciones, luego no se habló más del tema.
* El equipo. El ideal de la primera fase. Sergio Romero (Argentina); Philipp Lahm (Alemania), Mauricio Victorino (Uruguay), Lucio (Brasil), Jorge Fucile (Uruguay); Diego Pérez (Uruguay), Enrique Vera (Paraguay), Landon Donovan (EE. UU.), Keisuke Honda (Japón); Robert Vittek (Eslovaquia), Lionel Messi (Argentina).
* La frase. “Todos sabemos que a esta Selección Argentina la dirige hasta un ciego”. La disparó el paraguayo José Luis Chilavert, siempre crítico de Diego Maradona.
* El apellido. Honda. No es una moto, no es un auto, si es un volante lleno de talento y gol. El gran aporte de Japón al torneo.
* La malquerida. La pelota Jabulani. Fue el blanco de todos los dardos. “Viborea”, “Es demasiado liviana”, “Es una pelota de supermercado”. Ayer habló Oliver Khan, el ex portero alemán. “Cuando le dije a Sepp Maier, mi entrenador de arqueros, que la pelota había cambiado y era muy complicada me respondió: levántese más temprano, trabaje más con ella. Eso le digo a los arqueros, trabajen más, adáptense a ella”.
* El pálpito. Que habrá una final sudamericana… También lo dejó la primera fase.
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