Siddharta Gautama
El Buda
GORDES, La Provence.- Felipe, Tamara, Tommy y Chiara, supercancheros con su ropa nueva y divertidos con el viaje, corren por el campo de lavandas de la Abadía de Sénanque, consagrada a fines del 1100 a un paso de este pueblo provenzal. Raúl de Chapeaurouge los anima con su cámara, rodeado de una suerte de grupo de familia con el mejor humor.
Es el equipo de Mimo & Co., una de las dos grandes firmas argentinas de ropa infantil, que eligió esta región francesa para su campaña primavera-verano, la primera que realiza fuera de la Argentina y Brasil. En el grupo, Gerardo Garcea Breme, su director; los cuatro chicos; el 
fotógrafo y su asistente; tres diseñadoras de la marca, y la guía del grupo. Desde ahora, en animada caravana para mostrar en lugares de excepción una temporada que innova en líneas y colores.
Son las 9 y pico de la mañana y en los aparts Les Oliviers, al lado del Museo de la Lavanda (homenaje a la flor del lugar), en las afueras de Gordes, todos tienen algo que hacer antes de rumbear hacia la sesión fotográfica.
Hay que lookear a los chicos, armar los equipos y... prepararse para hacer turismo. En eso están Roxana, Carla, Silvana y Sergio, padres de los modelos , que han viajado desde Buenos Aires con sus hijos, pero no asisten a las sesiones de fotos para evitar nervios de un lado y otro. De modo que allá van, hoy a Cannes y Niza, mañana a Montecarlo o a Nimes, y así.
"Tommy ya hizo varias campañas para Mimo y es un viajero entusiasta. El decide si quiere o no participar; en este caso, se lo propusimos y dijo que lo iba a pensar,y al día siguiente contaba las horas para subir al avión. Es la primera vez que venimos a Europa", comenta Sergio Luiso, mientras Tommy (6) se divierte con Felipe (10), y Verónica Canaglia, cicerone del grupo, anuncia la partida.
Apenas a un kilómetro asoma Gordes, pueblo medieval recostado sobre la montaña, fundado por la tribu celta de los vordenses, expresión que derivó en gordenses, gente de Gordes. Grafía que inspiró: el hotel que habitamos se llama Les Gordos. Es un día de sol, bajo el cual la gente hace cola para visitar su castillo de mil años, pasea por su plaza central rodeada de bistrós donde comer rico y variado, que alternan con imperdibles boutiques de ropa para la casa (con los típicos manteles provenzales de hilo bordado) y negocios de olivos y lavandas, y por sus calles que suben y bajan y se abren a excepcionales vistas verdes.
Por ellas juegan los chicos mostrando las líneas Mimo en rosas y azules, y con ellos juegan los grandes; Chapeaurouge habla su mismo lenguaje y los hace reír, como Garcea, que en estas instancias parece un chico más.
Con Gordes como base de operaciones, mañana llegaremos a Carry Le Rouet, villa de la Riviera donde los chicos, sobre su orilla blanca y rocosa, mostrarán la ropa más playera. "Me encanta hacer de modelo -comenta Tamara, de 9 años- y peinarme de 50 maneras distintas. Hago lo que me dicen y lo que me sale, y mis compañeras de colegio siempre me preguntan cómo lo hice... ¡Y yo no sé qué decirles!"
Chiara asiste a la charla y dice lo suyo: "Tengo 6 años y ya hice cinco campañas para Mimo; con ésta son seis", cuenta con los dedos y mira la cámara. A un lado, Tommy y Felipe potrean hasta el momento de enfilar hacia Aigues-Mortes o, mejor dicho, hacia Le Grau du Roi, pueblo amurallado donde Mimo debuta con su línea en blanco y negro, clásico de vanguardia que pega el golpe en la solemnidad de esas piedras eternas. Aquí, los chicos serán más felices que nunca en La Cure Gourmande, paraíso de galletas y caramelos artesanales, algunos alusivos a esta región de olivares: parecen aceitunas.
Trascender tendenciasOtra vez al volante, Verónica Canaglia confirma que con los chicos y sus familias hay una historia compartida. "A Felipe lo vi hace unos cuantos veranos en Cariló, me acerqué a la mamá y le dije si quería hacer una prueba para Mimo. Aceptó y desde entonces está con nosotros; algo parecido pasó con Chiara. Pero a Tamara la ubicamos por una producción en LA NACION, y a Tommy, por agencia."
En ellos pensaron cuando la firma se planteó ésta, su primera producción internacional, cuyo lugar definieron tras un viaje de reconocimiento. "Quisimos cambiar y elegimos esta región llena de sol y de verde, de historia y calidez, porque tiene que ver con nuestro espíritu, lo clásico y actual, que perdura y siempre atrae", explica Garcea, con 25 años en la firma y a cargo del área producto.
"Producimos 3.000.000 de prendas por temporada, más accesorios y calzado. Y mantenemos el tono familiar con que nacimos hace más de 30 años; tenemos dos plantas y cerca de 800 empleados. Respeto y cuidado por ellos y la clientela son consignas", redondea al llegar a Arles, capital de La Provence, con un coliseo romano de los siglos I y II hecho plaza de toros, ruinas célebres (las termas de Constantino, por ejemplo), calles austeras o floridas, y el recuerdo vivo de Van Gogh, que la habitó y donde pintó La casa amarilla , entre otras obras. Aquí, el coliseo será marco excepcional para las tomas, como la calle más linda del pueblo, a un paso del lugar que reproduce el cuarto de Van Gogh, borrado del mapa en un bombardeo.
La caravana se moviliza ahora hacia L Isle sur l Sorge, ciudad de anticuarios (hay uno detrás de otro) y canales, en cuyas orillas los chicos mostrarán los colorados del verano hasta que la caída del sol defina la vuelta a casa.
El viaje está llegando a su fin y el pequeño gran Felipe apura en sus ratos libres la escritura de su diario de bitácora, tarea en la que lo ayuda su mamá; ya contó todo acerca de las distintas postas, incluyendo el viejo Moulin de Daudet, el último que funcionó en Francia, y la ciudad de Avignon, donde no bailó bajo el puente, pero se divirtió con los demás corriendo de arriba abajo por las escaleras austeras del Palacio de los Papas. Es la última noche. Hay festejo en La Mas Tourteron, restaurante de campiña con sabores de granja; los chicos se divierten y los grandes también. Un viaje inolvidable.
Por Carmen Acevedo Díaz
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