Por qué la prensa extranjera no cree en las retenciones
La revista The Economist inscribe el anunciado aumento de las retenciones en una tendencia de las últimas dos semanas que llevó a varios países productores de alimentos a restringir sus exportaciones. Según el Financial Times, el conflicto del campo ya está provocando que China comience a pensar en proveedores alternativos.
Por Francisco de Zárate
fdezarate@clarin.com
En los primeros años 70, el presidente Richard Nixon prohibió la exportación de semillas oleoginosas para mantener los precios bajos en Estados Unidos. Cuando la levantó, se dio cuenta de que habían perdido muchos de sus clientes. "El embargo provocó que los clientes de EE.UU., especialmente Japón, buscaran otras fuentes de suministro".
Es uno de los argumentos con que la publicación británica The Economist, conocida defensora del libre mercado, critica la política de restringir exportaciones de alimentos, de moda en las últimas dos semanas para contener los precios domésticos ante el aumento de los internacionales. El semanario incluye a Argentina en el grupo de Camboya, Indonesia, Kazakhstan, Rusia, Ucrania y Tailandia: "Los que (en las últimas dos semanas) tomaron la solución fácil, restringir las exportaciones de alimentos para intentar asegurar el suministro interno". Según su análisis, las restricciones a la exportación "desmotivan a los agricultores, los empujan a las cosechas equivocadas y ponen en peligro el acceso futuro a los mercados".
En opinión de la revista, estas restricciones son las que también están exacerbando el aumento de los precios internacionales de alimentos, una versión que suscribe el diario británico The Financial Times, que considera el aumento de las retenciones a la exportación de la soja en Argentina como uno de los factores responsables del reciente encarecimiento en un 10% de su precio internacional. Según este diario, no las retenciones sino el paro del campo podría provocar que los consumidores chinos se volvieran hacia los productores de EE.UU. para asegurarse el suministro de materia prima: "China está demandando cantidades récord de soja y de aceite de soja después de que la peor tormenta en 50 años dañara las cosechas de semilla de colza". En una de las dos notas que la última edición del Economist le dedica al conflicto del campo argentino, la revista se muestra completamente contraria a las retenciones, que solo aprueba "como una medida temporaria" en el contexto de crisis del 2002.
Según ella, el fuerte gasto público del Gobierno que en su día sirvió para alentar la recuperación se ha traducido hoy en un recalentamiento de la economía: "La inflación se está comiendo los ingresos de las clases urbanas y la competitividad de los exportadores. Un aumento de las retenciones al 40% podría provocar un declive en la producción agraria y, en algún momento, una crisis en la balanza de pagos. Si además caen los precios internacionales, los productores estarán en una mala posición para superarlo".
En otra nota, la revista se explica la razón del aumento en las retenciones con el aumento de las pensiones y obras públicas que se llevaron a cabo al final del mandato de Néstor Kirchner "para apoyar la campaña de Cristina".
La tesis es que el Gobierno de Cristina estaría tratando de restablecer con las retenciones los antiguos niveles de superávit fiscal para tener así margen de maniobra con que combatir la inflación. Sumando a unas retenciones del 40% el impuesto a las ganancias, la revista calcula que aproximadamente un 44 por ciento de los ingresos derivados de la venta de soja van a parar a las arcas del Estado. "Plantar, cosechar, transportar y el costo de la tierra se llevan otro 50%, lo que deja solo un seis por ciento en beneficios", un porcentaje que en su opinión hará que "para la mayoría de productores de pequeña escala el aumento de las retenciones significa una gran caída en sus ingresos: si las cosechas no van bien, algunos de ellos tendrán que abandonar la actividad"
.A pesar del escenario, no creen fácil que Cristina dé marcha atrás. "(El Gobierno) se apoya en la política fiscal para mantener a raya la inflación (...) la política monetaria tiene poco impacto dado que el crédito bancario todavía tiene que despertar después de que desapareció en 2001".
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- Ana
- En este nuevo blog intentaré dejar plasmado mis trabajos en pintura. Gracias por ser parte de él.
2 comentarios:
Lamentablemente esto es una realidad. Estamos perdiendo una oportunidad única de vender nuestros productos al mundo a un precio que nunca pudimos tener. Otra oportunidad perdida a causa de gobierno ineficiente, caprichoso y setentista. Nos costará décadas recuperar estos mercados y además de no ser confiables por no pagar nuesta deuda, tampoco lo seremos por incumplidores con nuestros compromisos de ventas. Triste, muy triste. Alejandro.
Lamentablemente, se ha quebrado el pais, y todo por no saber gobernar ni mucho menos administrar
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