Temas médicos por el Dr Fabio Arévalo

Las bebidas “Fashion”

Fabio Arévalo Rosero MD*

Las llamadas bebidas “energizantes” se venden y consumen cada vez más en discotecas, bares y fiestas nocturnas con cierto sentido equivocado. En los llamados “after party” se las relaciona con el uso de drogas. A los jóvenes les han vendiddo una idea confusa sobre sus efectos reales y algunos hasta las promocionan como “alternativa saludable”. En gimnasios se consumen buscando aumentar el rendimiento físico y la resistencia durante el ejercicio. Muchos estudiantes las utilizan como reemplazo del café para mantenerse despiertos y estudiar de noche, lo que se ha dado a llamar la “energy teenmanía”. En otros casos se crearon mitos equivocados como una acción revitalizante, reductora de peso y hasta para el guayabo.
Hoy hacen parte de prácticas “Fashion”. Tienen, en general, nombres en inglés de carácter agresivo, vienen en latas de colores vivos, son carbonatadas, azucaradas y prometen “energía sin fin”. En la práctica física, es un error de información estimarlas como rehidratantes ya que su alto contenido de azúcar y cafeína impiden la adecuada reposición de agua. Las bebidas rehidratantes en presentación comercial tienen una concentración de azúcares entre el cuatro y el seis por ciento. Por ello se conocen como isotónicas, al tener una cantidad equilibrada de solutos.


Un consumo diario superior a tres latas de energizantes por día podría ocasionar arritmias cardíacas, ansiedad, irritabilidad, falta de concentración, diarrea, etc. El uso exagerado en fiestas asociado a la ingesta de “éxtasis”, puede resultar nocivo, dado que podría llevar hasta a la muerte. En países como Inglaterra, Alemania y España, los mayores consumidores de bebidas energizantes, su venta no está restringida; sí lo está en Francia, Dinamarca y Noruega, donde sólo pueden adquirirse en farmacias.
Su consumo no está prohibido ni puede hacerse. Pero es esencial que reciban un uso adecuado teniendo en cuenta que no deben mezclarse con alcohol, más aún si se ha estado sometido a un alto nivel de ejercicio físico. Ello en razón que tanto la cafeína como el alcohol actúan como diuréticos. Si a esto se suma una fuerte actividad física en una pista de baile o trabajos en gimnasio, la deshidratación puede alcanzar niveles de peligrosidad. En general la ingesta de hasta unas cinco latas por semana puede ser aceptable, pero no necesaria. La gente puede arriesgarse a perder su dinero y tiempo.
El uso exagerado de bebidas energizantes es dañino para la salud. Embarazadas, niños, personas en tratamiento psiquiátrico, con problemas cardíacos, deben abstenerse de consumirlas. Su empleo jamás debe estar asociado al consumo de sustancias psicoactivas como éxtasis, por el riesgo de grave daño que puede ser mortal. A largo plazo, el uso frecuente y a dosis altas puede generar dependencia psicológica. Todo por cuenta de un comportamiento “glamouroso”, que las ha convertido en las bebidas fashion.

*Investigador en desempeño humano