El reciclado, una alternativa viable ante el colapso de los rellenos sanitarios
Debido al colapso de los rellenos sanitarios, cada vez surge con más fuerza la idea de impulsar políticas de reciclaje para obtener un mayor provecho de la gran cantidad de residuos sólidos urbanos que se producen en la actualidad.
El reciclaje es el proceso por el cual los materiales y los productos que han sido usados, se reincorporan al ciclo de producción y consumo, ahorrando materias primas y recursos naturales no renovables.Un estudio realizado en conjunto por el Ceamse con el Instituto de Ingeniería Sanitaria de la UBA en el 2006 demostró que más de 40 por ciento de los residuos que se producen están compuestos por materiales que son reutilizables. El análisis se realizó en las estaciones de transferencia que la empresa posee en la Ciudad de Buenos Aires y en donde se reciben los residuos de la Capital Federal, Avellaneda, Lomas de Zamora, Lanús y Quilmes.Según este estudio, la basura urbana está compuesta especialmente por un 40 por ciento de materiales orgánicos, un 19 por ciento de plásticos, 18 por ciento de papeles, 6 por ciento de vidrios y 2 por ciento de metales. Con un adecuado trabajo de separación y clasificación, la mayoría de estos materiales podrían ser reutilizados. Por ejemplo, los envases de plásticos podrían ser reciclados y usados para otros envases, caños, tuberías y suelas de zapato.En tanto, el aluminio y el vidrio podrían ser reciclados infinidad de veces ya que la calidad no se deteriora a pesar de los distintos procesos. En el caso del aluminio, también podría ser utilizado para hojas, láminas, moldes, marcos de ventana, muebles de jardín y componentes de automóviles.En nuestro país ya existen iniciativas tendientes a avanzar en este sentido como la Ley 1.854 que la Legislatura porteña aprobó en noviembre del 2005. Más conocida como “Ley de Basura Cero”, esta norma define criterios de gestión de los residuos sólidos urbanos generados en la Ciudad de Buenos Aires y brinda las herramientas para generar la transformación que el actual sistema necesita con urgencia.La medida impulsa la instalación de plantas de compostaje para tratar los residuos orgánicos de Buenos Aires, la sanción de una ley de envases que promueva la vuelta a las botellas de vidrio y la puesta en marcha de un programa de reciclaje y reutilización de materiales a escala urbana.Sin embargo, esta norma todavía no es aplicada plenamente y es uno de los principales reclamos de las organizaciones ambientalistas. Para la ex secretaria de Obras Públicas de Almirante Brown y especialista en el tema Estela Alló, “la posibilidad de la separación en origen del residuo en bolsas diferentes, lo orgánico por un lado, los plásticos y los metales por el otro, no se lleva adelante porque es un proceso cultural que tiene que ver con la transformación de la sociedad”.Por su parte, el presidente del Ceamse, Carlos Hurst, remarcó en diálogo con Info Región que también “hay una ley provincial que plantea que hay que comenzar con procesos de tratamientos previos para reducir la cantidad de basura a disponer en los rellenos sanitarios”.En este sentido, enfatizó que “la única posibilidad es generar procesos de separación en origen y clasificación y reciclaje de residuos” aunque admitió que “instalar políticas de reciclado es un costo y en el mundo todas son subsidiadas por el Estado”.
El reciclaje es el proceso por el cual los materiales y los productos que han sido usados, se reincorporan al ciclo de producción y consumo, ahorrando materias primas y recursos naturales no renovables.Un estudio realizado en conjunto por el Ceamse con el Instituto de Ingeniería Sanitaria de la UBA en el 2006 demostró que más de 40 por ciento de los residuos que se producen están compuestos por materiales que son reutilizables. El análisis se realizó en las estaciones de transferencia que la empresa posee en la Ciudad de Buenos Aires y en donde se reciben los residuos de la Capital Federal, Avellaneda, Lomas de Zamora, Lanús y Quilmes.Según este estudio, la basura urbana está compuesta especialmente por un 40 por ciento de materiales orgánicos, un 19 por ciento de plásticos, 18 por ciento de papeles, 6 por ciento de vidrios y 2 por ciento de metales. Con un adecuado trabajo de separación y clasificación, la mayoría de estos materiales podrían ser reutilizados. Por ejemplo, los envases de plásticos podrían ser reciclados y usados para otros envases, caños, tuberías y suelas de zapato.En tanto, el aluminio y el vidrio podrían ser reciclados infinidad de veces ya que la calidad no se deteriora a pesar de los distintos procesos. En el caso del aluminio, también podría ser utilizado para hojas, láminas, moldes, marcos de ventana, muebles de jardín y componentes de automóviles.En nuestro país ya existen iniciativas tendientes a avanzar en este sentido como la Ley 1.854 que la Legislatura porteña aprobó en noviembre del 2005. Más conocida como “Ley de Basura Cero”, esta norma define criterios de gestión de los residuos sólidos urbanos generados en la Ciudad de Buenos Aires y brinda las herramientas para generar la transformación que el actual sistema necesita con urgencia.La medida impulsa la instalación de plantas de compostaje para tratar los residuos orgánicos de Buenos Aires, la sanción de una ley de envases que promueva la vuelta a las botellas de vidrio y la puesta en marcha de un programa de reciclaje y reutilización de materiales a escala urbana.Sin embargo, esta norma todavía no es aplicada plenamente y es uno de los principales reclamos de las organizaciones ambientalistas. Para la ex secretaria de Obras Públicas de Almirante Brown y especialista en el tema Estela Alló, “la posibilidad de la separación en origen del residuo en bolsas diferentes, lo orgánico por un lado, los plásticos y los metales por el otro, no se lleva adelante porque es un proceso cultural que tiene que ver con la transformación de la sociedad”.Por su parte, el presidente del Ceamse, Carlos Hurst, remarcó en diálogo con Info Región que también “hay una ley provincial que plantea que hay que comenzar con procesos de tratamientos previos para reducir la cantidad de basura a disponer en los rellenos sanitarios”.En este sentido, enfatizó que “la única posibilidad es generar procesos de separación en origen y clasificación y reciclaje de residuos” aunque admitió que “instalar políticas de reciclado es un costo y en el mundo todas son subsidiadas por el Estado”.
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