En Colombia, encontramos hermosas ciudades en su interior. Una de ellas, Pasto en el Municipio deNariño.
Hace ciento treinta y ocho años, en 1864, según el historiador Alberto Quijano Guerrero, la Municipalidad de Pasto, que para aquel entonces comprendía la totalidad territorial de nuestro actual Departamento, sin la región de la Costa Pacífica, atendiendo el querer unánime de sus gentes, se dirigió a la Legislatura del Estado del Cauca, de la cual hacía parte, solicitando que los Municipios del Sur fueran constituidos en una entidad independiente, petición que naturalmente no fue aceptada, pero sí acogida y liderada por el Dr. Manuel Murillo Toro, quien desde entonces propuso la creación del “Décimo Estado” o Estado Soberano del Sur. Los enfrentamientos fratricidas del momento impidieron la cristalización de la iniciativa.En 1880, el 7 de enero, nuevamente la Municipalidad de Pasto, luego de un amplio debate, solicita al Congreso de Colombia que los Municipios del sur sean erigidos en Estado, con la denominación de Estado Soberano del Sur, integrado por los Municipios de Caldas, Barbacoas, Obando, Túquerres, Pasto y el distrito del Caquetá.La muerte de Manuel Murillo Toro en diciembre de 1880, principal propulsor del nuevo Estado, retrasó la justa aspiración de las gentes del Sur y, solamente el 11 de septiembre de 1897, la Asamblea eleccionaria del Partido Liberal, reunida en Bogotá vuelve a ocuparse del tema con su principal defensor Don Aquileo Parra. La Guerra de los Mil Días, frustró nuevamente el más caro anhelo separatista de los ciudadanos del Sur del Cauca.“Decimistas”, denominaron en un principio a quienes desde el Sur promovían la creación del nuevo Estado, el décimo, en atención a que existían nueve Estados en el país: Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Magdalena, Panamá, Santander y Tolima.Finalizada la Guerra de los Mil Días y los dirigentes nacionales afectados con la pérdida de Panamá en 1903, se retoma la idea de sacar adelante el proyecto del nuevo departamento, con el nombre de Nariño de acuerdo a las investigaciones que hiciera el recientemente desaparecido Dr. Augusto Ortíz Cabrera, quien al respecto afirma: “ En la Revista de Historia, órgano cultural de la Academia Nariñense, número 61 y 62 del Volumen IX de 1888, aparece publicado un estudio muy importante del notable historiador Carlos C. Acosta, titulado “Breves Rasgos de Sucesos y Gentes de Ayer”, al referirse a la creación del Décimo Departamento trae la siguiente referencia:“ Vale la pena hacer un paréntisis para transcribir un episodio relatado por Sergio Elias Ortíz: “ Apuntaremos aquí, dice el historiador, como dato curioso, que en el Eco Liberal de 1897, es decir 7 años antes de constituirse la entidad denominada Departamento de Nariño, el Directorio Liberal de Pasto, daba tal nombre, por boca de su Presidente, Don Bernardo de la Espriella, a las siete provincias del Sur”.Sin embargo, a través de investigaciones que hemos logrado realizar, dice Augusto Ortíz Cabrera, sabemos ahora, que la paternidad del nombre del Departamento no corresponde exactamente al Directorio Liberal de 1897, sino a un personaje de gran figuración nacional. Nada menos que al ex Presidente de la República, don Bartolomé Calvo, quien rigiera los destinos del País en 1861. He aquí los datos:El 24 de enero de 1894 el eminente polígrafo nariñense, don Adolfo Gómez Latorre, le dirige una carta al Dr. Manuel María Rodríguez, Director del Bien Público, periódico en el cual se libraron las grandes gestas que antecedieron a la creación de nuestro Departamento.En esa carta, además de la adhesión a la idea Decimista, le expresa lo siguiente:” En Colombia existió una persona que amó entrañablemente al Sur del país. Era el Señor Bartolomé Calvo. El Señor Bartolomé Calvo amaba estas regiones como el General Joaquín Posada Gutiérrez; ambos tenían un alma como cielo sin nubes. El Señor Calvo tenía como gloria aludir en sus versos a la comarca que riega el Juanambú y el Guáitara”.Y más adelante agrega: “ El Sur será libre. Colombia decretará el Décimo Departamento. Y bien podría llevar el nombre del ilustre General Nariño, a quien salvó la vida el respetable doctor don Tomás de Santacruz, hijo dilecto de Pasto”. Esta carta fue publicada en el Bien Público, edición número seis, del 3 de febrero de 1894.La idea fue recogida por el Dr. Manuel María Rodriguez quien presentó ante el Congreso el Proyecto de Ley que creaba el nuevo Departamento del Orden Nacional con el nombre de Nariño”.No está por demás hacer referencia, en este solemne acto, cómo Fray Ezequiel Moreno Díaz, Obispo que fuera de Pasto, cuando se debatía en el Congreso la creación del nuevo Departamento, propuso el nombre de DEPARTAMENTO DE LA INMACULADA en circular que emite el 17 de Mayo de 1904, afirmando:” que el nuevo Departamento sea llamado de la Inmaculada, en vez de Departamento de Nariño... María es la que nos puede dar aliento en nuestros actuales combates en defensa de la fe, no Nariño, filósofo neto de la escuela volteriana...”El 6 de agosto de 1904, el Presidente José Manuel Marroquín firma la Ley Primera dándole vida jurídica al noveno departamento, porque, en 1903 ya habíamos perdido a Panamá.El General Antonio Nariño, en honor de quien lleva su nombre nuestro Departamento no ha sido ajeno a nuestra historia. El 14 de mayo de 1814, luego de ser derrotado y abandonado por sus ejércitos , cae prisionero en Pasto donde permanece bajo protección de Don Tomás de Santacruz, durante trece meses, quien desobedeciendo órdenes de sacrificarlo, como pretendía el Presidente Toribio Montes, desde Quito, fue enfático en manifestar que: “Juro por mi honor que, mientras no se acepte o deseche el canje, no caerá ni un solo cabello de la cabeza de Nariño”. Así lo cumplió hasta cuando se dispuso el traslado del prisionero a Quito.Dice el historiador Leopoldo López Alvarez que “Nariño partió a caballo para la ciudad de Quito en uno de los últimos días de Junio de 1815, en medio de una escolta de treinta morlacos ( como se llamaba a los caucanos) y cuarenta españoles. Pidió que la sacaran de la prisión a medio día, porque nada tenía que temer del valeroso pueblo que inscribió su nombre en el libro de los pueblos – héroes, respetándole la vida. Las calles estaban repletas de gente, y tan pronto como pasó la escolta que conducía al ilustre prisionero, toda la multitud siguió tras él, en silencio y con respeto, porque siempre los valientes han rendido culto a los valientes”. “ En la entrada a Obonuco el General Nariño pidió permiso a la escolta para despedirse de la multitud que los seguía, y con palabra ágil y elocuente hizo la apología del valor, hermano de la gratitud, y dió nuevamente gracias a los muy hospitalarios y nobles pastusos, por la generosidad que habían demostrado para con él.Antonio Nariño, el andante Caballero de la libertad y el Precursor de la Independencia está hoy entre nosotros. No era justo que en 98 años de vida administrativa su presencia física no estuviese en la principal oficina del Departamento. Su retrato con su característica de hombre intelectual dispuesto a la guerra, pintado magistralmente por el artista Dr. Gerardo Cortés Moreno, preside, a partir de la fecha el Despacho del Gobernador del Departamento de Nariño. Es el estadísta con porte militar que sabe manejar su pluma como su sable en momentos que peligre la Patria. Es el periodista y censor crítico que acepta como demócrata de convicción todo cuanto esté acorde con el respeto y la tolerancia que comprometen su investidura.Es el Nariño que invoca la libertad, cuando dice categóricamente: “ Libertad santa, libertad amable, vuelve a nosotros tus benignos ojos. Haz que te conozcamos tal como eres y adorna con tus propios y verdaderos atributos, ven a sentarte entre nosotros para no abandonarnos jamás. Nosotros te ofrecemos levantar un trono majestuoso en medio de la frugalidad y del trabajo. Nosotros te ofrecemos desterrar la inquisición, los denuncios y el tormento como los más firmes apoyos del despotismo; y finalmente te ofrecemos adornar tu templo con virtudes públicas y domésticas para traerte propicia nuestra; oye, pues, benigna nuestros votos : que la ambición, la discordia y todos sus enemigos desaparezcan para siempre de un suelo que desde hoy sinceramente te consagramos”.
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